Azúcar.

En el análisis de sangre del segundo trimestre te miran cómo tienes el azúcar. Te mandan ir en ayunas y te dan a tomar un botecito de 100ml de glucosa. Mucha gente dice que es asqueroso, a mí no me lo pareció, es empalagoso y pesado, eso sí. Una hora después, te hacen el análisis de sangre. Al parecer lo que estudian es la capacidad que tiene tu cuerpo de asimilar ese azúcar.

En un nivel saludable, el máximo de azúcar en sangre que deberíamos dar después de una hora es de 140. A mí me salió 150.

Este no es un resultado concluyente, para tener una conclusión segura y poderte diagnosticar diabetes gestacional (algo muy común) tienes que pasar por otra prueba llamada «curva de la glucosa». El primer paso de preparación para esa prueba es estar los tres días anteriores a la prueba comiendo cual cerda (ejem, perdón).

2100kcal para mi pequeño cuerpo de 50kgs. Atiborrarme. Dicen que lo hacen para poner tu cuerpo al límite y ver cómo lo asimila. Un coñazo, sobretodo si trabajas en horarios rotativos y encima te tienes que hacer tupper.

El cuarto día, hay que presentarse tras 12 horas en ayunas (temporalmente imposible). Esta vez la prueba dura 3 horas, te sacan sangre tal como llegas y te ponen una vía porque te van a ir sacando sangre cada cierto tiempo.

Bien, hay que llegar a las 3 horas para que la prueba sea válida. Yo, a los 10 minutos de haberme tomado la glucosa, lo vomité. Se ve que el contenido es más alto en esta prueba y que a menudo las personas lo vomitan. Bien, yo vomité y vino la enfermera «se acabó la prueba», muy maja ella. Si no te ha parecido suficiente coñazo estar 3 días comiendo todo eso, levantarte a las 7.30 y tomarte un bote de azúcar, encima vomitas y no ha servido para nada. Perfecto.

¿Solución? Repetir la prueba. La repetí al cabo de unas semanas, y… la volví a vomitar. Alegría máxima. Mi comadrona me dijo que no si volvía a vomitar no me iba a hacer repetir y me mandaría al endocrino. Eso me alivió porque pensaba que me harían un estudio de otra forma distinta, pero no.

Me tratan como si tuviera diabetes gestacional porque no pueden cerciorar si la tengo o no. Me dieron otra estupenda dieta y un medidor de nivel de glucosa en sangre para el resto de mi embarazo. También recomiendan hacer deporte, caminar mínimo 30 minutos al día. Lo más gracioso es que los niveles que me van dando resultan ser más bien bajos en vez de altos pero dicen que podría ser que al final del embarazo subiesen de nuevo los niveles y hay que ir controlando.

En el caso de que los niveles me hubieran dado muy altos o muy inestables y, por tanto, se hubiera confirmado una diabetes, me tendría que haber pinchado insulina para regular.

El peligro de tener diabetes gestacional es que tu cuerpo no está estable asimilando la glucosa y eso desestabilizaría también al bebé. Como resultado pueden salir bebés muy pequeños o muy grandes. Normalmente es una diabetes temporal que aparece por el cambio hormonal tan grande que se da en el cuerpo. Una vez se acaba el embarazo, se acaba la diabetes.

Me han dicho que también me lo tendrán que controlar durante el parto. Ahí ya no sé porqué.

Me pregunto si es necesario poner al cuerpo en estos límites, si no hay formas menos molestas de medir esto. Si buscáis por internet hay muchas páginas que hablan de alternativas, pero ni la seguridad social ni la mutua me han ofrecido esas alternativas, ¿porqué?

¿Y sabéis lo que más rabia me dió? Que yo como sano, no como ni mucho azúcar ni muchos productos manufacturados, y me muevo, subo escaleras… Y otras mujeres usando como excusa que están embarazadas para ponerse como el quico de guarradas… Pero nada, es cosa hormonal, no hay nada que hacer.

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